Muy buenas de nuevo!

La verdad es que siempre me han caído bien los ángeles de la guarda. Están ahí, por la cara, salvando la nuestra. A veces pienso que si con la pila niños que tengo, todavía no me han dado la tarjeta “Urgencias Oro” del hospital materno, es por ellos.
Pero me estoy distrayendo…

Como suele pasar, el sábado tarde-noche se cierra el plan: mañana a La Maroma, un paseíto dominical, con una poquita nieve. Total que a las 8:30 ya estábamos comiendo churros en Alhama: Delapresa, Trevenque y el que escribe. Parece que el grupo de Chamado se incorporará más tarde por culpa de otra “ventisca” nocturna

Dejamos el coche, y esto empieza bien, señalizado (aunque ya sabemos que un Ytantos, no se pierde, explora ):

Con estos dos, el buen paso está asegurado:

El día no puede ser más espectacular, para hacer honores al paisaje:

Cada uno se recrea en sus posibilidades…

La marcha no puede ser más “recreativa” (incluso la nieve estaba perfecta para cramponear)

En lontananza nuestra Sierra Nevada haciendo más que honor a su nombre:

Algunos “indicios” nos van mostrando la cantidad de nieve caída

Todo invita a disfrutar ( atención, esta es la última foto en la que sale mi braga naranja ):

Más arte…

Más paisaje…

Más disfrute…

Más invierno…

Más… más… más…

Y esto no son los Alpes… es a laíto de Graná a 1.500 m

Y aquí hay un pequeño cambio… Tras cruzar el collado, para salir a la loma que va subiendo hasta la cumbre, el viento empieza a dejarse sentir. Delapresa va ligeramente adelantado, y en un momento dado Trevenque y yo sentimos un grito y suponemos que es Delapresa que ha visto al Chamado… pero vemos una figura al fondo tumbada:

– Está usted bien? (dice Trevenque)

– Que es Antonio!!! que se ha caído!!! (digo yo)

Efectivamente, Delapresa perdió el equilibrio por una ráfaga y cayó (por la distancia supongo que más de cien metros), pero pudo detenerse con el piolet. En la foto cuando acaba de incorporarse y ya nos indicó que estaba bien:

Recuperados del susto, dice que no pasa nada y seguimos… Las vistas de la costa nos relajan un poco (se puede apreciar la ventisca)

Seguimos subiendo, pero cada vez el aire es más fuerte y hay momentos en los que tenemos que avanzar prácticamente tumbados (no hay fotos de toda esa zona pues no estaba la cosa como para sacar la cámara , que bastante tenía con agarrarme al piolet).
En un momento dado se me vuela el gorro… y a cien metros escasos de la cumbre decidimos bajar, pues la borrica tenía el ojo feo, feo
Además veíamos que se acercaba la niebla:

Delapresa baja por la directa con decisión…

Yo me quedo cerca de Trevenque y de repente oigo “Ahí va!!” y le veo caer boca abajo… Aviso con un grito a Delapresa… y ambos vemos como afortunadamente Trevenque hace la maniobra perfectamente: consigue darse la vuelta y se va parando con el piolet.

En la foto, justo cuando se incorpora, se pude observar el rastro que ha ido dejando con el piolet, y Delapresa que ha conseguido recuperar el bastón…

Salvo una pequeña herida en la nariz (que se aprecia en la foto, igual que la ventisca) y el sustillo, está bien

Yo creo que lo hizo para demostrar que llevaba GPS: Por primera vez el track de una caída

Como puede verse, 71 metros de caída, 26 de desnivel, unos 16 segundos y una velocidad máxima de 36km/h

Con buen humor y precaución continuamos la bajada…

Sin perder nunca el contacto:

Ni el “frescor” serrano

Las vistas, ajenas a lo comprometido de la situación

Pero las nubes y la niebla seguían amenazando, no hay que perder tiempo:

Y poco a poco vamos alcanzando el collado:

En la otra vertiente se suaviza algo la ventisca:

Alcanzamos el Salto del Caballo:

Aunque el viento ya no azota con tanta fuerza, hay que mantener la concentración en los pasos más comprometidos… que hoy ya hemos cumplido con el cupo de “emociones”:

No puedo dejar de mirar a mi alrededor

Y disfrutar de este paisaje alpino:

Hasta que una voz rasga el ambiente… es un avión? es una salamandra? es un cohete?…
No es SuperChamado

Tras los saludos y el intercambio de “experiencias”… continuamos

Comemos, montamos en el coche y nos detenemos ante los dominios del gran Delapresa, hoy hay mucho que celebrar y se nota en las caras :

Esto fue todo… La Maroma nos cerró la puerta pero afortunadamente sólo se quedó en eso. Y comod ecía al principio, siempre me han caído bien los Ángeles de la Guarda, pero estoy seguro que agradecerán mucho si, como en este caso, les facilitamos el trabajo y llevamos bien aprendidas las técnicas de seguridad

Un saludo!

p.s. Para las Consejeras Delegadas: este reportaje es todo ficción. Está rodado por especialistas en circuito cerrado. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia…